Published on junio 15th, 2014 | by admin
Reforma Universitaria: Autonomía, Cogobierno y Pertinencia Política y Social
Más y Mejor Democracia siempre.
La Reforma Universitaria de 1918 representó uno de los hechos sociales más importantes de América Latina en el siglo XX.
El Movimiento Reformista ha resistido, defendido, sostenido y construido, en casi 100 años de vida y según el momento histórico en que le ha tocado actuar, la Autonomía, el Cogobierno, la participación de los Graduados, la Asistencia Libre, la Libertad y Periodicidad de Cátedra, los Concursos Públicos, la Extensión Universitaria, la Investigación, la No limitación al Ingreso, la Gratuidad de la Enseñanza Superior, la Agremiación Estudiantil, entre otros. De esta manera ha profundizado las prácticas políticas democratizadoras y de reparación social de nuestros pueblos.
El reformismo, en consecuencia, es la lucha por derrotar las ortodoxias culturales e ideológicas que impiden pensar diferente, buscando el encuentro con los problemas nuevos y reales de las inmensas mayorías, con asiento en la realidad Latinoamericana, para la construcción de una ciudadanía emancipada, solidariamente integrada en un proyecto nacional, popular y fundamentalmente democrático.
Este cruce de pensamiento crítico y la referencia ineludible a la memoria histórica buscan sumarse a procesos de universalización de la dignidad humana sin el tutelaje del poder de los gobiernos de turno.
Pensamos, escribimos, hablamos y actuamos para no ser pensados, escritos, hablados y actuados.
No hay democracia política allí donde se sofoca al individuo afiliándolo a un partido único; no hay democracia económica allí donde existen millones de sumergidos; no existe democracia cultural allí donde se cierra o se limita el acceso a la enseñanza. La liberación y constitución de la persona como ciudadano/a emancipado/a depende de un conjunto de prácticas sociales, entre ellas las del acceso a la educación.
Desde entonces la consecuente finalidad de la universidad pública es la integración de las ideas armonizando las divergencias, con un intenso sentido de sensibilidad humana y social.
La Reforma, en razón de sus propios planteamientos, hace inexcusable para el Reformista su neutralidad política como ciudadano, en todo sentido es un ensanchamiento de responsabilidad, y obliga a buscar, conformar y construir un proyecto transformador que integre a ideas, valores y personas.
La meta central es alcanzar la universalidad de la educación como manifestación del principio de igualdad de oportunidades y posibilidades.
Autonomía y Cogobierno.
Resulta imposible abstraer los fundamentos reformistas del entramado social y político de este siglo, pues expresa la contradicción y consecuente conflicto entre la intención del poder político por tutelar la Autonomía Universitaria o dirigir el Cogobierno en razón de sus propios intereses, y no como conceptos democratizadores que parten de la confianza en la capacidad creadora y realizadora de sus integrantes.
El cogobierno y la autonomía universitaria fueron las más importantes conquistas democráticas plasmadas en las universidades argentinas. La idea de democracia universitaria es el pilar jurídico y político sobre el que se establecen las relaciones entre el Estado Nacional y las Universidades Públicas.
Cogobierno y Autonomía son conceptos indisolubles, un par dialéctico inseparable, insustituible. Del ejercicio democrático de la formulación del gobierno universitario, surge el concepto de autonomía y consiste en la facultad de formular su propia legislación, designar sus autoridades, planificar sus actividades académicas y disponer de sus fondos con total libertad, por lo tanto debe ser plena.
En consecuencia creemos que es fundamental debatir acerca de los conceptos de la gestión de las políticas públicas, del fortalecimiento del rol del Estado, de la diferencia entre políticas de Gobierno y de Estado, y el posicionamiento tomado en relación al tema. Es necesario realizar diagnósticos rigurosos, analizar los contextos y evaluar las alternativas, a fin de plasmar ideas fuerza que vayan más allá de los gobiernos de turno.
La Argentina ha pasado de un sistema relativamente simple, con pocos organismos de mediación y coordinación, a un sistema complejo de múltiples niveles, con cuerpos de coordinación e instancias de decisión, donde cada gobierno busca fortalecer su capacidad de iniciar, normar e implementar políticas en referencia al sistema de educación superior.
La calidad de las políticas públicas depende del entorno institucional en el que estas se formulan e implementan. En este sentido nos referimos a la necesidad de que sean diseñadas y aplicadas en un contexto en el cual la discusión política se lleve a cabo en un marco pluralista y democrático.
Esta necesidad de realizar balances conmemorando los primeros 100 años del Movimiento Reformista, deberían ser aprovechadas como una oportunidad para repensar seriamente a la luz de los debates acerca de la universidad que queremos, el sentido de los principios reformistas de cogobierno y autonomía para resignificarlos y profundizarlos.
Algunas reflexiones.
La validez y legitimidad histórica de las universidades no depende tanto de las funciones que se les asignen en tanto institución, como de las articulaciones que se establecen entre ellas y el conjunto social.
Si la Universidad Pública y Reformista argentina solo se dedicara o limitara a recoger lo que la sociedad formalmente requiere en términos de creación, preservación y transmisión del conocimiento, si por esto se redujera a una expresión instrumental, dejaría de cumplir la primordial función crítica y transformadora de la realidad y dejaría de generar nuevas y diversas demandas sociales.
Asumir el desafío en el siglo XXI de que nuestras universidades trabajen en pos de una mayor pertinencia y articulación es, en definitiva, trabajar por la mejora académica y una mayor eficacia histórica en su relación con el entorno social en el cual desarrollan sus actividades.
La política asociativa, en un proyecto de desarrollo institucional, debe considerar y definir la función social de la universidad a fin de promover líneas de investigación y extensión orientadas al análisis y resolución de problemas de relevancia social. Este análisis necesariamente demanda incluir actores extrauniversitarios de la sociedad, de los sectores productivos, del gobierno, etc.
El objetivo mayor de la izquierda es engrandecer la sociedad, elevando las capacidades e intensificando la experiencia de los hombres y las mujeres comunes. El método para perseguir ese objetivo es reconstruir las instituciones. En este momento, eso significa democratizar el mercado, profundizar la democracia y capacitar al individuo.
No hay pensamiento sin discusión. Discutir es pensar los obstáculos.
Con la intención de debatir las Ideas de los Reformistas del 18 en la actualidad, proponemos analizar:
(+) La Reforma Universitaria, como síntesis superadora de la contradicción histórica de plantear una política de transformación anti-institucional o elegir una política institucional anti-transformación.
(+) Capacidades del sistema Universitario Público, como agente aglutinador por encima de las disputas políticas partidarias coyunturales, con vocación transformadora.
(+) Plataforma Colaborativa, Participativa, abierta y plural, como condición inexcusable de esquema de trabajo para una propuesta progresista, sobre la base de las nuevas tecnologías disponibles.
(+) Innovación Democrática y Experimentalismo Institucional, donde aprender, trabajar y producir sirva para mejorar el sistema democrático a través de la creatividad, la solidaridad, la formación y la participación.
Como componente final y abarcador de los anteriores puntos, debemos ser capaces de crear una nueva institucionalidad absorbiendo su heterogeneidad, que posibilite desandar valores estáticos y anquilosados, por la demostración cabal de que la Reforma Universitaria es la posibilidad cierta de co-gobernar-nos con activa participación de los actores internos y externos del sistema público de enseñanza superior.
No buscamos que las Universidades solo sean formadoras de profesionales, deben asumir otros roles, retomar la idea inicial del proyecto reformista que es pensar, proponer, discutir e incidir como un factor de poder en la realidad Nacional, aportando a un proyecto.
El espacio Reformista, No es un espacio Neutral.
La utopía de construir la Universidad cultural, física, comunicacional y actitudinalmente accesible para todos, es un valor supremo del compromiso con nuestra herencia reformista y, además, es un desafío de nuestra identidad cultural en la búsqueda permanente de una mejor calidad de vida para la sociedad y el desarrollo de un país justo y solidario.
Toda acción transformadora que se inicia por un mensaje encarnado en una acción ejemplar solo perdura cuando se transforma en un legado institucional. Proponemos innovar en la forma de colaboración entre los partidos, organizaciones sociales y la Universidad Pública.
Situamos esta iniciativa en el campo del debate de ideas que pueda generar una coordinación estratégica, descentralizada, pluralista y experimental. Participar para provocar la discusión que falta, proponemos un camino concreto, donde la dirección es lo que importa.
Es necesario trabajar para profundizar la Democracia y la República, construir ciudadanía y asegurar el ejercicio pleno de los Derechos Humanos y las Libertades Públicas. Es posible construir un país donde todos podamos acceder a la educación, a la salud, al trabajo y hábitat dignos. En definitiva, a una comunidad saludable e igualitaria.
La Universidad Pública y Reformista, conservando su identidad y adhiriendo a un acuerdo programático, debe ser protagonista en el proyecto estratégico que se oriente hacia las metas históricas de la izquierda democrática. Es decir, una transformación social en favor de la igualdad con condiciones materiales que posibiliten el efectivo derecho a la ciudadanía plena.
Debemos continuar la lucha sin vacilaciones para mantener vivo por otros 100 años el Movimiento Reformista, fundamental contribución política para resolver con justicia social los compromisos de nuestra época. Conseguir la emancipación económica, social y cultural de Latinoamérica es el objetivo de nuestra Reforma Universitaria.
La transformación (inevitablemente) está en marcha, de nuestro compromiso depende.